4/2/09

CAPÍTULO 4. EL MUNDO PATAS ARRIBA

Patas arriba y cayendo hacia abajo. ¿Conocéis esa sensación de que todo lo que te rodea se hace más y más grande y tu más y más pequeña?. Pues si, así es como mi padre y yo nos sentimos durante el primer año. No te ves capaz de controlar nada, piensas que todo lo que acompaña esta enfermedad va a suceder inmediatamente, es decir, que va a salir a la calle y se va a perder, que va a confundir el funcionamiento de la caldera y va a estallar, que no te va a reconocer, que en cualquier momento te va a agredir, que no será capaz de comer sola, ni vestirse, ni hacer una llamada, etc. Por lo que en esos primeros meses nos obsesionamos llamándola a cada hora para ver que hacía, y cuando nuestras obligaciones nos lo permitían, pasando el mayor tiempo posible con ella.

Era fundamental mantenerla ocupada mentalmente..... y vigilada.
Era fundamental que disfruraran ambos de lo que siempre quisieron hacer y que ahora tenía los días contados, así que organizamos varios viajes (Córdoba, Barcelona, Málaga, Galicia, Sevilla, Portugal y un crucero por el Mediterráneo) todo esto en un año.

¿Qué por qué?. Pues porque gracias a la falta de interés de los "profesionales", y a las mentiras que nos venden estos "profesionales" sobre todo el apoyo que deben recibir los cuidadores para luego prácticamente ignorarles; la familia se ahoga en el caos, se bloquea y tira para un lado como podía tirar para otro.

Y te afecta en todo, en tu vida personal y laboral, en la primera porque esperas más apoyo, no duermes y a penas comes, y en la segunda, al menos en mi caso concreto, me costaba concentrarme en el trabajo, olvidaba avisos, encargos, y en cuanto bajaba la guardia se me saltaban las lágrimas sin venir a cuento ( aparentemente), mucho peor si esto me sucedía conduciendo.

Hoy sé (sabemos) que las cosas no llegan tan deprisa como creemos, ni tan lento como luego deseamos.

Solo un par de capítulos más para ponernos al día y a partir de ahí, este Blog empezará a hablar con claridad sobre la frialdad, falta de comprensión, tacto y escasez de recursos, que sufren un enfermo de Alzheimer y su familias.

¡Ah! que no se me olvide mencionar al Rangeliano, que ha tenido el detalle de leer este blog y que le agradezco enormemente, no solo por ser el primero, sino por el contenido de su comentario.

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